Cómo configurar su nueva cámara: Lista de comprobación paso a paso
Conseguir una nueva cámara digital es un momento emocionante para fotógrafos y videógrafos. Se abre un mundo de posibilidades y aprendizaje, así como las puertas a nuevas aventuras y lugares que visitar. Pero no siempre es fácil utilizar una cámara nueva para principiantes. Hay un montón de números, letras y acrónimos complejos que hay que entender, por no hablar de cómo manejar los numerosos diales, botones e interruptores. Pero si sigues los sencillos pasos que se incluyen en esta lista de comprobación, podrás empezar a utilizar la cámara en un abrir y cerrar de ojos. Vamos a repasar los conceptos básicos de cómo encender la cámara, marcar los ajustes de hora/fecha/lugar, colocarla en el trípode y echar un vistazo a los modos de disparo y los ajustes de exposición para la captura de imágenes fijas y de vídeo. Vamos a empezar a utilizar esta nueva cámara.
Índice
- Cargar la batería
- Formatear la tarjeta de memoria
- Fijar hora, fecha y lugar
- Colocar una lente
- Comprobar la configuración del objetivo
- Fijación a un trípode
- Familiarícese con los modos
- Seleccionar calidad de imagen
- Elegir el modo de enfoque automático
- Ajustar la velocidad de disparo de fotografías
- Configuración básica de vídeo
- Tu nueva cámara está lista para disparar
Cargar la batería
Las cámaras tienen los puertos de la batería y de la ranura de la tarjeta situados debajo de solapas ocultas que se abren y cierran para mostrar el puerto. ¿No estás seguro de dónde está en tu cámara? Consulta el manual.
La mayoría de las cámaras nuevas vienen con una batería parcialmente cargada para que funcione nada más sacarla de la caja, pero es mejor cargarla por completo antes de utilizarla. El motivo es que las baterías recargables de las cámaras digitales son de iones de litio (Li-ion). Tienen un ciclo de vida limitado y, por tanto, el número de veces que pueden recargarse es limitado antes de que dejen de mantener la carga lo suficiente. Recargar la batería, en lugar de dejar que se agote, también ayuda a preservar su estado a lo largo del tiempo, lo que puede resultar en una mayor longevidad. Cargar la batería por completo también le dará más tiempo para jugar con la cámara.
Formatear la tarjeta de memoria

Las tarjetas de memoria almacenan las fotos y los vídeos tomados con la cámara. Asegúrate de colocarla antes de hacer fotos o vídeos para que se guarden.
Es una buena idea formatear la tarjeta dentro de la cámara antes de usarla, incluso si es una tarjeta de memoria nueva. De ese modo, la tarjeta estará vacía y la cámara podrá crear cualquier subcarpeta propia para un almacenamiento óptimo.
Si la tarjeta se ha utilizado anteriormente, asegúrate de hacer una copia de seguridad de todos los datos antes de formatearla, ya que se borrará toda la información que contenga.
Fijar hora, fecha y lugar

Ahora ajuste la hora, la fecha y la ubicación. Las cámaras nuevas suelen mostrar esta información durante el primer arranque, pero es posible que las usadas no lo hagan, así que tómate tu tiempo para comprobar dónde se encuentra en el menú de la cámara y actualízalo. De este modo, los datos EXIF de las fotos y los vídeos serán exactos, lo que facilitará la búsqueda de archivos multimedia en el futuro. La zona horaria te proporcionará una ubicación aproximada, pero algunas cámaras digitales disponen de GPS que geoetiqueta los archivos, así que asegúrate de activarlo si lo necesitas.
Colocar una lente

Los objetivos y los cuerpos de las cámaras tienen cada uno un marcador que indica la alineación correcta para instalar un objetivo. Alinee estos marcadores y gírelos en la dirección adecuada para ajustar el objetivo a la cámara. Los marcadores pueden ser de distintos colores y estar en distintas ubicaciones según la marca y el modelo de las cámaras: los marcadores de Nikon son blancos, por ejemplo, mientras que los de Canon son rojos.
Los objetivos también se retuercen para montarse en diferentes direcciones en función de la marca, y siempre debería resultar fácil acoplarlos. Si hay que aplicar una fuerza de moderada a fuerte para montar el objetivo, es porque: se está torciendo en la dirección equivocada (probable), tiene una montura de objetivo defectuosa (poco probable) o tiene una montura de cuerpo de cámara defectuosa (poco probable).
Comprobar la configuración del objetivo

Los objetivos sólo incorporan unos pocos controles, pero es importante comprobarlos antes de disparar. Un anillo de enfoque permite a los fotógrafos ajustar manualmente el enfoque girándolo y, a menudo, hay un marcador de distancia en el tambor del objetivo (aunque no siempre). Los objetivos zoom también tienen un anillo que gira para ajustar la distancia focal.
A veces también hay interruptores o botones en el lateral de los objetivos para cambiar entre enfoque automático y manual, activar o desactivar la estabilización de imagen y elegir entre distintos tipos de estabilización.
Si la cámara no enfoca automáticamente los sujetos a los que se dirigen los puntos de enfoque automático, asegúrate de que el interruptor de enfoque del objetivo está ajustado en AF (enfoque automático) en lugar de MF (enfoque manual).
En lo que respecta a la estabilización, es útil mantenerla activada cuando se dispara cámara en mano, pero desactivarla cuando se monta la cámara en un trípode. Esto se debe a que el sistema de estabilización puede causar pequeñas vibraciones cuando se está sobre un trípode e introducir el desenfoque por vibración de la cámara durante exposiciones más largas. Sin embargo, algunos objetivos son lo suficientemente sofisticados como para identificar cuándo están sobre un trípode y desactivar automáticamente el IS, así que consulta el manual antes de utilizarlos.
Fijación a un trípode

Aunque pueda parecer obvio para algunos, acoplar la cámara a un trípode puede salir mal. Veamos cómo hacerlo. En primer lugar, debe haber un conector roscado en la parte inferior de la cámara (situado en la base de la cámara cuando se mira a través del visor, disparando normalmente).

Una vez localizado, desconecta el reposapiés de la cabeza del trípode y utiliza el tornillo para fijarlo a la cámara. Algunos reposapiés tienen una aleta incorporada que facilita el giro del tornillo en el conector, pero otros tienen ranuras. Basta con poner una moneda o un destornillador en esta ranura y girarlo hasta que quede apretado.

A continuación, desliza la placa de pie sobre el cabezal del trípode siguiendo las instrucciones y asegúrate de que el tornillo de fijación o la palanca de liberación rápida sujetan bien la cámara. Tira un poco de la cámara para probar la conexión y asegurarte de que está bien ajustada. A continuación, ajusta el cabezal del trípode hasta obtener la composición correcta.

Los grandes teleobjetivos son pesados y, como tales, modifican el centro de equilibrio entre el cuerpo de la cámara y el objetivo. Por ello, los fabricantes equipan los objetivos con collares para trípode. Si utilizas un objetivo con collarín para trípode, fija siempre la base del trípode a este collarín y no a la cámara para evitar someter a la montura del objetivo a tensiones indebidas y destruir potencialmente la cámara. Y como consejo adicional cuando viajes con el kit, lleva siempre la cámara a través de este collar de trípode o apoya tanto el objetivo como la cámara para evitar tensar la montura.
Familiarícese con los modos

Si eres nuevo en el mundo de la fotografía en general, utiliza los modos de disparo automático (normalmente situados en un dial en la parte superior del cuerpo de la cámara) para tomar imágenes de sujetos sin necesidad de introducir ajustes manuales.
Por lo general, existe un modo totalmente automático -a menudo indicado con un icono verde- en el que la cámara elige por ti todos los ajustes de la cámara basándose en lo que calcula que es mejor para cada foto. También debería haber un modo automático programado -a menudo se encuentra como la opción (P)- en el que la cámara sugiere la mejor velocidad de obturación y apertura para cada foto, pero permite al fotógrafo controlar otros ajustes como ISO, modo de medición, flash, balance de blancos, bloqueo/compensación de la exposición, etc.
Cuando te inicies en la fotografía, puede que te interese empezar con el modo totalmente automático o automático programado para tener una idea de cómo componer y hacer fotos antes de aprender más sobre la exposición y pasar a controlar tú mismo la velocidad de obturación y/o el diafragma.
Las cámaras básicas también suelen incluir modos como “fuegos artificiales” o “retratos”, que realizan ajustes predeterminados y los aplican a las escenas adecuadas. Esto es útil para los principiantes, pero hay que ser consciente de las limitaciones de estos modos.

Como en estos modos no hay control creativo sobre el triángulo de exposición (apertura, velocidad de obturación o ISO), es difícil predecir los resultados. En su lugar, es mejor optar por modos semiautomáticos como la prioridad a la abertura y la prioridad al obturador. Al renunciar al control de un solo ajuste cada vez, los fotógrafos noveles pueden familiarizarse con el control manual sin tener que hacer malabarismos con los tres.
Seleccionar calidad de imagen

Hay tres tipos principales de archivos de imágenes fijas: JPEG, TIFF y RAW. Cada uno tiene sus ventajas e inconvenientes, pero en esencia todo se reduce a la cantidad de datos originales que almacenan y, por tanto, al grado de detalle de la imagen y a la flexibilidad de que dispone el fotógrafo durante la edición.
Para empezar, JPEG es el que menos datos almacena, ya que comprime las imágenes fijas para ahorrar espacio, y es el tipo de formato de archivo de imagen más común. A continuación, TIFF almacena más datos y suele estar sin comprimir, pero el tamaño de los archivos es mucho mayor. Los archivos RAW son los que más datos almacenan y los de mayor tamaño: contienen datos mínimamente procesados directamente desde el sensor de imagen de la cámara.
Cuanto más grande es el archivo, más datos contiene y más flexible es la imagen a la hora de editarla. RAW es el formato ideal para disparar porque se puede editar con mucha más flexibilidad, permitiendo cambios de exposición, color y tono sin distorsionar la imagen.
Los formatos JPEG y TIFF son útiles para ahorrar espacio (algo que ya no es un problema), pero también para compartir y publicar imágenes. Los usos más habituales de estos dos formatos de archivo son los fotoperiodistas que envían imágenes a los medios directamente desde la cámara, y los principiantes que quieren compartir imágenes sin procesarlas primero.
Sin embargo, en casi todas las demás situaciones, los archivos RAW son la mejor forma de sacar el máximo partido a las fotos, pero se necesita un software de edición compatible con la apertura de estos archivos.
Elegir el modo de enfoque automático

El enfoque automático (AF) es la forma que tiene la cámara de enfocar automáticamente en función de la posición del punto AF en el encuadre. Puede funcionar como enfoque único (una vez que se consigue el enfoque, éste permanecerá en su lugar hasta que se tome la foto) o continuo (el enfoque se ajusta en el punto AF continuamente hasta que se toma la imagen). El enfoque de disparo único es útil para sujetos estáticos, como un retrato sentado o un edificio, mientras que el enfoque automático continuo puede ser útil para seguir el enfoque de un sujeto en movimiento, como una mascota o un vehículo.
También es posible cambiar el tamaño del punto AF, con opciones comunes como punto, multipunto, grupo y zonas. Las cámaras modernas también disponen de detección de ojos, caras, animales y sujetos para realizar un seguimiento inteligente del enfoque incluso cuando el sujeto o la cámara están en movimiento. Elija el ajuste más adecuado para cada situación de disparo.
Ajustar la velocidad de disparo de fotografías

Las cámaras digitales pueden fotografiar una imagen fija cada vez o varias en sucesión. Comúnmente conocidos como disparo único o ráfaga continua, estos modos de funcionamiento ofrecen distintos niveles de captura de imágenes fijas. Un solo disparo puede ser todo lo que necesitas para un paisaje, pero para capturar a un patinador saltando por las rampas tiene sentido disparar una serie de imágenes y luego elegir la mejor a posteriori.
¿Por qué incluir el modo de disparo único? Bueno, ahorra tener que borrar varias fotos del mismo sujeto, ya que el disparador puede ser bastante sensible y capturar más fotos de las que pretendes cuando lo pulsas en modo ráfaga.
Configuración básica de vídeo

Casi todas las cámaras digitales lanzadas en la última década tienen la capacidad de grabar vídeo. Al cambiar de foto a vídeo, todo sigue igual en cuanto a cómo afectan a la imagen la apertura, la velocidad de obturación y la ISO, pero los usuarios deben ser conscientes de la principal diferencia entre foto y vídeo: la resolución y la frecuencia de imagen.
Las resoluciones de vídeo estándar de las cámaras digitales son Full HD (1920 x 1080), 4K UHD (3840 x 2160) y 8K UHD (7680 x 4320). Los números se refieren a cuántos píxeles hay a lo largo de los ejes X e Y respectivamente. Cuanto más altos sean los números, más detalles se capturarán, pero más grande será el archivo resultante.

La velocidad de fotogramas viene dada por las velocidades estándar y como punto de referencia para los que se inician en el mundo del vídeo. Una película de cine suele emitirse a 24 fps (fotogramas por segundo), mientras que la televisión estadounidense emite a 29,97 fps (unos 30 fps) y la británica a 25 fps. Cuantos más fotogramas se capturen, más fluida será la imagen resultante. En la actualidad, las cámaras pueden capturar hasta 60 fps para conseguir un metraje fluido y, en ocasiones, hasta 120 fps, que están diseñados para la captura a cámara lenta, ya que los 120 fotogramas pueden extenderse hasta cuatro veces para igualar un proyecto a 30 fps sin que la imagen se entrecorte. Esto produciría un metraje con un 25% de la velocidad de la acción original.
También es importante recordar que los archivos de vídeo son mucho más grandes que los de fotos debido al aumento de la frecuencia de imagen y al audio, que también ocupa una cantidad significativa de espacio en la tarjeta de memoria. La configuración estándar de grabación de audio es de 48 kHz (frecuencia de muestreo) y 16 bits (profundidad de bits), pero algunos modelos tienen opciones para aumentar este valor y obtener una captura de audio más detallada.
Tu nueva cámara está lista para disparar
Esta guía debería cubrir los requisitos más básicos para poner en marcha tu nueva cámara. Cuando estés preparado para ir un paso más allá, intenta empezar a utilizar ajustes manuales como la apertura, la velocidad de obturación y el ISO, o considera la posibilidad de cambiar el balance de blancos para adaptarlo al entorno de disparo. La medición puede modificarse, pero sólo los fotógrafos avanzados necesitan hacerlo, ya que la exposición puede manipularse mediante la apertura, la velocidad de obturación y la sensibilidad ISO.
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